
Iván Vargas Benavides
Maestro - Bailarín - Guía de proceso
Bogotá, 20 de Mayo del 2024
Evaluación docente de Natalia Castellanos Acero
Entregar, conmover, provocar, ser incondicional y generosa con la otredad
“Tenemos la capacidad de escapar de las prisiones que construimos en nuestras mentes y podemos elegir ser libres, sean cuales sean las circunstancias de nuestra vida. 1 jul 2022”[1]
El acercamiento con Natalia se dio durante cuatro semestres, tiempo que incluye la pandemia y en donde no solo se compartieron aspectos académicos, durante la alternancia de clases pudimos departir en la hora del almuerzo y apreciar la vida con un helado. El proceso de aprendizaje se dio en las materias de técnica (en algunas, clases compartidas con otro docente), un ensamble y el semillero de “Ciencias del movimiento”, esto, nos permitió construir un vínculo permeado por el respeto, profesionalismo y pasión en lo que a cada parte correspondía.
En el aspecto académico, Natalia llegó a la clase con poco conocimiento del ballet en general, aunado a esto, su personalidad tímida la podía hacerse sentir insegura ante el proceso, pero su gran capacidad para captar las indicaciones y ser meticulosa con el movimiento, le permitieron tener un aprendizaje en el que, pudo reconocer y valorar sus posibilidades físicas, trabajar la técnica para su movimiento genuino y no solo en pro del mero cumplimiento técnico, o ante expectativas desmedidas; su conciencia corporal tuvo un amplio y sólido desarrollo, lo que le permitió incorporar la elongación y disfrutar el valor del riesgo “(…) hacer y probar antes de pensar en decir “no puedo”[2].
Como aspectos favorables que le ayudaron en su formación, encuentro la disciplina, excelente retentiva y memoria coreográfica, la capacidad del ritmo y musicalidad, y una disposición constante en querer aprender y mejorar. Como deficiencias, pero naturales en el ingreso a la carrera profesional, ella tenía poco conocimiento tanto físico como teórico del cuerpo, el no dominar la terminología y principios del ballet, la técnica en sí. Su mayor logro y sin quizá ser su principal objetivo, fue aprender ballet; en un proceso supremamente consciente, y en una amalgama entre lo emocional y lo técnico, ella reconoció la importancia del entrenamiento riguroso, interiorizando y aplicando los principios de la danza clásica, reconociendo sus límites, pero sin dejar de buscar mejorar; se sensibilizó con su cuerpo desde un espacio amable y con una ejecución que le permitía proyectar la emoción, pasión y sensibilidad que tiene al bailar; Natalia logró estar a la altura de estudiantes que tenían dominio de la técnica clásica, abrazada por una ejecución honesta y una meticulosidad que la guiaba.
Como fortalezas particulares, encuentro en ella una Apertura mental que le permite investigar, conocer y asimilar el mundo artístico desde múltiples posibilidades; su persistencia inquebrantable, y la cual le guía en lograr sus objetivos; una vitalidad contagiosa, que ayuda positivamente en los procesos personales y grupales; su prudencia, que la caracteriza como una persona analítica, imparcial y de alta confianza; la asunción de riesgos para con sus ideales y ante los retos propuestos.
Desde el trabajo de pares, Natalia fue reconocida por su evolución, esencia y estilo personal, aspectos que no fueron fáciles de lograr, ya que en un principio (y de forma inocente), tenía un movimiento pensado desde una cuidada forma y acorde a estándares externos a ella, pero desconociendo su verdadero potencial artístico. Las diferentes interacciones académico-personales, la acompañaron en dejar la idea de seguir o querer parecerse a…, y así poder construir y descubrir un movimiento honesto, vulnerable, sensible y fuerte (una particular mezcla). Su energía positiva, imparcialidad y acompañamiento amable, la ayudaron a ser reconocida no solo por su admirable formación, sino también por su calidad humana.
Natalia se interesa por la puesta en escena que transmite emociones (desde el cuerpo y entre cuerpos), la fusión de técnicas, la danza aérea y en indagar sobre “si existe o no una técnica para emocionar”. Ella sabe trabajar en colectivo, sabe ser líder y paciente; tiene capacidad creativa, puede apoyar, organizar y realizar trabajo de producción artística; se interesa por aprender, perfeccionar y consolidar su trabajo en danza, telas aéreas y canto. Es una artista que puede aspirar a ingresar en compañías de danza (neoclásica, contemporánea o circo), y colaborar en proyectos artísticos interdisciplinares; gracias a su formación en psicología, puede laborar desde la terapia-artística, y en acompañamiento emocional a personas involucradas en procesos escénicos, ya que y desde su vivencia, comprende aspectos como la desmotivación, la frustración o la vulnerabilidad.
Natalia ha descubierto en el arte y desde su qué hacer profesional, la capacidad de entregar, conmover, provocar, ser incondicional y generosa con la otredad; se ha encontrado como una artista que a través de su danza remueve y genera cosas poderosas en el y para el público.
[1]https://www.google.com/search?q=la+bailarina+de+auschwitz&rlz=1C1GCEA_enCO1041CO1041&oq=La+bail&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUqCggAEAAY4wIYgAQyCggAEAAY4wIYgAQyBwgBEC4YgAQyBwgCEAAYgAQyBggDEEUYOTIHCAQQLhiABDINCAUQLhivARjHARiABDIHCAYQABiABDIHCAcQABiABDIHCAgQABiABDIHCAkQLhiABKgCCLACAQ&sourceid=chrome&ie=UTF-8 ¿Qué nos enseña la bailarina de Auschwitz?, consultado el tres de mayo de 2024.
[2] Nota de la estudiante como insumo para el desarrollo del texto.