
Sara Regina Fonseca
Maestra - Investigadora - Guía de proceso
Bogotá, 13 de Mayo del 2024
Evaluación docente de Natalia Castellanos Acero
Seguir cumpliendo sueños
Natalia es una artista motivada principalmente por la emotividad, y tiene la capacidad de entender que darle forma y expresividad a la emoción requiere de mucho estudio y disciplina. Me atrevo a hacer esta introducción sintética de Natalia, porque es la impresión que me he formado de ella después haber sido su profesora, compañera de entrenamiento y espectadora.
Creo que Natalia tiene una gran capacidad para percibir, sentir e incorporar información kinética. Ella entiende el movimiento corporal como una expresión holística del ser, y eso mismo le permite apreciar los aspectos físicos, emocionales y psíquicos de un gesto. Es así como yo entiendo la manera en que Natalia se ha apropiado y dejado transformar por las diversas prácticas que ofrece la carrera. Ella ha sabido poner al servicio de su interés expresivo, diferentes tipos de información biomecánica, sensorial, metafórica y puramente técnica. Ha sabido acoger una diversidad de tonos y maneras en enseñar, pues es una mujer fascinada por el aprendizaje.
Natalia llegó a la universidad con poca información especializada en danza, lo cual hace más notorio el buen proceso que ha tenido durante su carrera. Sus logros técnicos son clarísimos y, por lo tanto, es clarísima su capacidad de aprender. Yo tomé algunas de sus clases de ballet en la carrera y también la vi bailar en el ensamble neoclásico que dirigió el maestro Iván Vargas. Me parecía que entendía muy bien los principios fundamentales de esta técnica y que además lograba trabajar desde su propia anatomía y sensibilidad. Creo que esta es su manera de asumir las diferentes técnicas de danza, circo y somática que han hecho parte de su currículo.
Como profesora, he compartido con Natalia en tres instancias diferentes: el Laboratorio de Laban, la Puesta en Escena Historia de la Danza Siglos XIX y XX, y la elaboración de su portafolio de grado. De sus dos pasos por el laboratorio tengo experiencias muy gratas. Natalia fue uno de esos apoyos que una profesora aprecia inmensamente, especialmente cuando el grupo es inconsistente y difícil de descifrar. Su actitud respetuosa, entusiasta y receptiva fue indeleble en cada oportunidad, a pesar de que en el camino ella se vio afectada por una lesión, algunos cruces de horarios y la carga académica de su doble carrera. La última vez que la tuve en el laboratorio, dimos con un grupo muy potente tanto en sus capacidades artísticas, como en su nivel de compromiso. Natalia hizo un trabajo a la altura de sus compañeros y su ejercicio final entró en diálogo con los de sus pares desde una búsqueda muy personal. Esta vez, Natalia se propuso encarnar un perfil de movimiento opuesto al perfil más familiar o usual para ella. El ejercicio de creación era sencillo a nivel conceptual y muy pulido en su ejecución. Un gran acierto en el contexto de esta asignatura. Ella logró crear con su movimiento y su voz una corporalidad extrañamente contenida en su energía y sostenida en el tiempo. Una especie de alter ego de ella misma. La gran seriedad con que asumía su tarea hacía que su puesta en escena se volviera humorística. Había algo que nos daba mucha risa a quienes la observábamos. Creo que Natalia entendió bastante bien los conceptos que trabajamos en el laboratorio, pero, sobre todo, siento que ella se dejó atravesar y transformar por la información. La imagen de su trabajo final me quedó impresa como un caso muy satisfactorio en la historia de esta asignatura.
Natalia tiene otra inquietud de la cual yo no tenía conocimiento, hasta que empecé a ser tutora de su portafolio. Es la inquietud por la escritura, sobre todo como archivo y expresión poética. En este, como en otros terrenos, percibo que la emocionalidad es su motor principal. Creo que aquí Natalia puede sacar provecho del proceso que ha tenido con las prácticas escénicas: identificar el tipo de estudio y disciplina que requiere darle forma y expresividad a sus emociones, de manera que sus escritos sean tan conmovedores como legibles. Yo tuve la oportunidad de ver su aproximación analítica y crítica a la historización de la danza, pues este es un eje de la asignatura de Puesta en Escena siglos XIX y XX. Cuando vuelvo a leer su ensayo final de entonces, veo que Natalia fue muy juiciosa en atender las retroalimentaciones y en tener en cuenta los referentes que usamos en clase para hablar de su tema de interés: la expresión y la libertad. Ella se esforzó por hacer un trabajo que, a mi parecer, puede seguir haciendo en sus prácticas escriturales presentes y futuras: aterrizar las generalizaciones al análisis de casos específicos. Precisar el lenguaje y su gramática de la misma manera que ha logrado precisar el lenguaje y la gramática de su movimiento, todo con el fin de canalizar lo que brilla tan hermosamente en ella: su emocionalidad.
Pienso que Natalia sale al mundo profesional con unas bases sólidas y, sobre todo, con una gran capacidad para seguir aprendiendo todo lo que necesite aprender. Su presencia generosa y su alto nivel de compromiso hace de ella una persona con quien uno quiere estar y trabajar. Su sensibilidad hace de ella una artista a quien uno quiere ver en el escenario. Será un placer verla seguir cumpliendo sus sueños.
Con mucho cariño,
Sara